martes, 11 de marzo de 2014

Astor Piazzolla: Balada para un loco


Hoy el maestro Piazzolla hubiera cumplido 93 años. Obviamente es una fecha nomas, pero pienso que una persona que hizo del tango su vehículo para transmitir su música, incluso no limitando ese género rioplatense sino enriqueciéndolo con un coktail de jazz, los clásicos (recordemos que el fue un gran admirador de Bela Bartok, por ejemplo) bandas sonoras, grandes ciudades del Mundo, convirtiendo su sonido en una corriente intensa de vanguardia absoluta. Muchas personas lo amaron, otros lo criticaron, como ocurre con los genios, generan esa relación tan tajante. Creo que en su figura se da el refrán con alevosía: eso de que "Nadie es profeta en su tierra".
Fue idolatrado, aplaudido, ovacionado, en escenarios tan distantes de toda América, pasando por Roma, Londres, París, Lisboa, incluso en el lejano Japón. En una época en la Argentina hablar de Piazzolla casi era casi una herejía, sobretodo para los tangueros clásicos que pedían un retorno al tango de barrio a bajarlo de ese halo inmaculado que se había convertido la música ciudadana, en la opinión de estos guapos del 900.....pero en la década del '70!!! algo casi absurdo. Digo no podemos negar que lo que hacía Astor era un expresión de avanzada, composiciones con acordes extraños para el 2 x 4, violines en la orquesta, gran puesta en escena con voces disimiles. Fue uno de los primeros en hacer subir mujeres a cantar tangos, fue un pionero en difundir un ritmo que se había estancado en el hampa callejera del suburbio porteño que pedía a gritos renacer de ese letargo de años de estancamiento. Quizás exagero, a lo mejor cometo el error de idealizar a un hombre. Muchos no le perdonaron en su momento haberse reunido con el dictador Videla, de hecho una hija suya se peleó por ese gesto del músico (tomándolo como un gesto de acercamiento a la dictadura). Podremos decir mil cosas a favor o en contra, argumentando si el tipo era esto o el otro, pero la obra de Piazzolla habla por si misma. Tenemos que pensar que son seres humanos como cualquier persona, que están sometidos a miedos, intrigas, dudas, remordimientos, rumores y ni hablar cuando toman repercusión al trascender su obra.
Que le diría Astor si se cruzara en el infinito con Gardel. Supongo que tendrían una prolongada charla en un bar imaginario. A lo mejor, el Zorzal le preguntaría si logró dominar "el fueye" (bandoneón) que tuvo una fama asombrosa a nivel mundial, casi tan grande como la de Gardel. Y juntos hicieran un tango a dúo: uno en la voz, Gardel. El otro sentado con su bandoneón en la falda, tronando una melodía, haciendo bramar el universo con su sonido estremecedor.
.....Damas y caballeros, con ustedes Astor Piazzolla.....

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