Sentado en la misma mesa
Junto
a los ángeles caídos del paraíso
Un
demonio sonríe y guiña un ojo,
A
mi lado un difunto, esqueleto de huesos largos
La
muerte sirve la cena, Satanás es el anfitrión:
hace
una reverencia y nos invita a comenzar
El
vino corre por todo el lugar
Los
comensales devoran su plato a mordidas casi animales
Alguien
derrama vino sobre la mesa
Mientras
una orquesta de hombres muertos desafina
tocando
música en el centro del salón, sincopada de notas chirriantes
Cuerpos
desnudos de mujeres desprovistas de facciones
Ánimas
en pena presas de una danza tenebrosa
El aquelarre se celebra en la oscuridad de la noche más negra
Cuando de pronto despierta de su pesadilla el inquisidor
todo fue producto del sueño y su imaginación
aunque por momentos parecía real
Su mente, con su paranoia hacen que sea un tormento
a lo mejor es parte de su triste labor
el tener que padecer esa angustia, con su culpa
por haber infligido tanto dolor...
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