viernes, 15 de agosto de 2014

Existencia vana



Amor es desangrarse,
amamos y nos olvidamos,
me equivocó volviendo a creer,
somos sangre, un rojo corazón latiendo al son,

Amamos, odiamos, olvidamos.
Creemos, sentimos,
padecemos, sufrimos.

Carne de mi carne,
la carne nos domina,
pero tenemos alas para elevarnos.
Nacimos para hacer grandes cosas, pero nos enjaularon.

Nos prometieron el vino de los dioses, un banquete donde abundarían manjares
Luego nos hablaron de conciencia, moral, culpa y remordimiento.

Antes eramos seres libres, desnudo y salvaje corrías sin pudor.
Entonces nos vistieron, civilizaron, siglos y progreso.
Apareció el consumo, el vil metal nos domina y nos dice que debemos tener.

Somos polvo y al polvo vamos,
somos la nada y el todo.
El todo es el cosmos,
quien nos guía,
¿acaso sus estrellas son la puerta al más allá?

dios y el diablo, cielo e infierno, ángeles y demonios.
vírgenes y ninfas, madre de todos nosotros.
la puja entre el bien y el mal.

En todo caso ying yang,
no creo ser tan visceral.
Son dos lobos que se pelean por dominar mi alma.
Alguna vez fue mi espíritu libre,
luego lo encadenaron, le pidieron que no sea el mismo.
Lo humanizaron, inculcándole el miedo, el temor.
Me paralizó, convirtiéndome en un estatua.
Siendo testigo del paso del tiempo.
Una existencia triste y vagante.

Testigo del devenir,
soy un anciano que ve a la gente pasar,
soy profeta en la tierra de nadie,
pastor de un rebaño perdido,
hijo bastardo de la vida.


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